Compartimos las palabras de la Dra. María del Carmen Besteiro sobre el V Congreso de Seguridad Social, desde su mirada como Directora Académica de este importante evento.

En un contexto de crisis, la cuestión de la seguridad social ha vuelto con fuerza al centro del debate público argentino, discutiéndose en distintos ámbitos, tanto académicos como políticos, los alcances y modos de financiamiento del sistema previsional.

Una idea corriente, que desde ciertos sectores pretende instalarse en el sentido común mayoritario, reza que la sustitutividad atenta directamente contra la mentada universalidad de las jubilaciones.

De este modo, sin poner nunca el foco en que los más altos ingresos no cotizan y omitiendo el hecho de que por lo menos la mitad de los recursos totales del sistema tienen su origen en los aportes de sectores asalariados, la proclamada “redistribución” que pretende achatar la pirámide de ingresos previsionales, lejos de cualquier principio de progresividad, termina por hacerse a costa de los y las jubilados/as con haberes medios, medios-bajos y bajos (incluyendo a muchos que no están lejos de la mínima) que son percibidos en calidad de prestaciones sustitutivas por los aportes realizados durante sus vidas laborales activas.

En contraste con esta visión binaria que contrapone sustitutividad y universalidad como si se tratara de dimensiones mutuamente excluyentes, planteamos que la cobertura universal no puede ni debe construirse sobre la base del ajuste a los trabajadores que acreditan aportes y/o a los jubilados/as que cobran haberes medios.

Si la seguridad social es un derecho constitucional que el Estado debe garantizar a la población, el imperativo social de la prestación universal necesita de imaginación política para construir una fiscalidad progresiva como pilar de un sistema previsional genuinamente equitativo y sustentable.